Anteponer
a mis intereses personales el valor supremo de bienestar de los consumidores,
la organización a la que sirva profesionalmente y la sociedad a la que
pertenezco sin importar las consecuencias.
Actuar
en todo momento y bajo cualquier circunstancia con un razonamiento ético y una conducta
moral que me permitan identificar las diferentes opciones y tomar las mejores
decisiones a favor de los demás, asumiendo frente a los errores las probables
consecuencias de mis actos.